¿Desentonemos el himno de Colombia?: Un nuevo lema para Colombia

En los últimos seis años de Gobierno, hemos tenido que cantar todo en torno a la Reconciliación, pasando desde el segundo Gobierno de Uribe y las notas de los conciertos del Bicentenario de la Independencia (¿?) y los conciertos populistas y mediáticos de Juanes, así como toda la rendición del circuito cultural, artístico y de las industrias musical, de la moda y el entretenimiento (¿?) , conatos de la vida vacía burguesa de las capitales principales de Colombia; hasta llegar al Color Esperanza de Diego Torres -himno de la "oposición" venezolana y su invasión planificada a Colombia-, y la versión ochentera sindicalista en balada pop del Himno de la Alegría, en que "los hombres volverán a ser hermanos./ Despierta, sigue soñando, sigue cantando un nuevo sol". Incoherencias, cursilerías, e incluso lamentables manifestaciones de decoración hipster y kitch de la Oposición Oficialista del Congreso.

Con el patrocinio de Alimentos Polar y de Pacific Rubiales, presenciaremos un Plebiscito patrocinado en ambos bandos por un bombardeo publicitario que nos va a hacer olvidar del valor fundamental de todos los valores universales éticos: LA LIBERTAD. Abriendo camino a una PAZ SUPREMA, y a un cambio de símbolos que acompaña un nuevo ORDEN. El cumplimiento que desde hace décadas en el circuito universitario, cultural, artístico y empresarial liberal colombiano se viene dando en su máxima expresión desde el pasado 26 de septiembre: Una Policía Cívica y un Ministerio Invisible del Pensamiento, como en todos los dramas apocalipticos desde 1984 de Orwell pasando por Farenheti 451 y los Diarios de Turner hasta la película La Suma de Todos los Miedos.

Una revolución de acento gomelo centralista o provinciano, de suave sabor burgués izquierdoso, y una violencia cultural y social que tarde o temprano se materializará en la física, tarde o temprano nos alcanzará y nos explotará en la cara mientras cantamos en pleno hundimiento del barco, como los músicos del Titanic.

Tal vez VOTAR NO, no sea la solución a ESTE EMBATE CONTRA LA NACIÓN Y SUS PRINCIPIOS FUNDADORES, pero si puede ser el principio ciudadano de una LEGITIMA RESISTENCIA CIVIL, permanente, efectiva, NO SECTARIA NI CAUDILLISTA, y sobre todo ilustrada y realmente popular.

Lo que USTED haga el 2 de octubre será su destino.