PODCAST: La Voz de la Mayoría Silenciosa
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Bogotá: Claudia López o el nuevo despotismo ilustrado (y empático)

ARRIBISMO: UNA CONDICIÓN NATURAL DE LA IZQUIERDA
Las dos ocasiones que la alcaldesa de Bogotá le dice a dos vendedores informales del centro de la ciudad algo así como: ¡Vaya trabaje! Me recuerda el elitismo y clasismo del mundo político y la naturaleza de la guerra de ascenso social y profesional sobre todo en el criterio juvenil de países del tercer mundo como el nuestro -presente en todo el espectro político-. De niño, estudié en un colegio privado, para ser más exacto el Colegio Los Catalanes de Suba, que fue por convenio con el Distrito varios años hasta su cierre en 2012. Su dueño y profesor de todito, Manuel Montero -que por cierto era geólogo de la Universidad Nacional y educador ambiental de la Universidad Distrital y ganó mucho dinero con la bonanza petrolera de Cusiana- era un neurótico de la doble moral política, represor y maltratador psicológico por excelencia. Ejerció sobre nosotros una influencia maligna de que no decíamos nada del colegio ni de su esposa la rectora, una vieja chismosa de barrio con título de Licenciada.
De ese par de personajes se podría escribir una serie de cuentos de horror, pero para continuar el hilo de nuestro tema, se nos enseñó el arribismo, el clasismo y la total falta de empatía por los demás. Se nos forzaba a presentarnos a la Universidad Nacional y ver como el culmen de la vida pasar a dicha institución. El que no lo hiciera, era un fracasado, dado que la gran mayoría de nosotros éramos personas de clase media baja, hijos y sobrinos de gente trabajadora que con mucho sacrificio lograron un modesto patrimonio. Y dentro de las letanías que nos echaba en clase, el tipo nos decía pocas cosas sabias, y una de ellas es que "los sindicalistas son gente que cuando tiene un poquito de poder son peores y más despotas que los supuestos burgueses que tanto critican". Con mis años en la Universidad pública y en el uribismo lo comprobé por cuenta propia.
PALABRAS DE MODA: DEL "MAMOLA" A LA EMPATÍA
No puedo evitar traer otro ejemplo de mi infancia para que veamos el concepto y la maestría de los liberales y sus primos hermanos los comunistas en inventada fórmulas para relativizar los valores y aplicar una fórmula funesta para la más importante rama de la filosofía aplicada: la analítica. Esta rama consiste en que el problema fundamental de la filosofia y lo que nos hace humanos es el lenguaje en todas sus formas.
Cuando era niño, a mediados de los años noventa, se empezaron a poner de moda muchas palabras criollas hoy en día normales reemplazando a otras en desuso. La expresión "¡Qué manera!" Se empezó a utilizar de manera masiva pese a la oposición de padres de familia y los medios. Fue considerada una vulgaridad suprema, hasta que en 1996 en la crisis de gobierno por el juicio en el Congreso al ex presidente Ernesto Samper por entrada de dinero del narcotráfico a su campaña, el recientemente fallecido ex ministro del Interior de esa época Horacio Serpa dijo la expresión: ¡Mamola! Contra los opositores al gobierno, hizo que fueran sinónimo ambas expresiones y finalmente se impuso en el lenguaje cotidiano.
Y por ahí empezó todo: imponiendo muletillas, eufemismos hasta llegar a imponer por ley el lenguaje mal llamado "incluyente" y terminando por imponer cosas de las que nadie hablaba, como por ejemplo la palabra empatía. Esa palabra NUNCA en mis años de colegio y clases de ética la había ni escuchado ni utilizado. En el gran libro de los Valores no está en la lista. Por mi cuenta leí un libro de ética muy bueno -cuando había textos de colegio buenos- y hay no hablaba de la empatía como un valor ético como lo es el respeto, la responsabilidad e incluso la bondad -que es una actitud y conjunto de conductas y por lo tanto seria discutible-. La empatía era una acción concreta abstracta de aplicación de valores éticos al tratar de entender la situación del otro para no hacer juicios equivocados y poder tener un comportamiento humano y justo con una persona. La empatía es un ejercicio de meditación, imaginación y proyección emocional que no es fácil, hay que tener una apertura de mente, experiencia vivencial y una madurez muy fuerte de carácter. Y eso ni todo el mundo lo tiene ni se logra de la noche a la mañana.
Finalmente, la empatía es como otra de esas "virtudes" que los supuestos "humanistas", "defensores de Derechos Humanos", "progresistas" se quedan en palabra. Isabella Wills en sus podcasts imperdibles de "Una mentalidad diferente" ha hablado claro sobre eso: quien pregona mucho la empatía es quien menos la tiene". Y aquí entramos al culmen del asunto. Nicolás Gómez Davila decia en uno de sus escollos: "Hay valores que solamente se comprenden en la riqueza y valores que solamente se comprenden en la pobreza". El materialismo dialéctico e histórico dividen la historia y las relaciones humanas en luchas de clases inamovibles y absolutas. Por lo tanto, en los hechos conocidos en la opinión pública de las expresiones: "¡Vaya trabaje!" y "Trabaje juiciosa" son solamente el reflejo de las actitudes despóticas y abusivas que a nivel de la corrupción con excusa de la pandemia, las muy cuestionada elección y examen de alcaldes locales y el despilfarro y politización de Canal Capital y fondos de desarrollo local aprovechando la aplanadora del Concejo Distrital y las juntas administradoras locales.
EPÍLOGO
Sus hechos dejan ver lo que son y sus palabras dejan ver lo que harán: nada bueno. Por algo dice la Biblia: "por sus frutos los conoceréis" y "De la abundancia del corazón habla la boca".
Por esta razón, ahora que el transfuguismo político está de moda y que los partidos son sólo microempresas electorales -por esas circunstancias el petrismo y el uribismo están juntos contra Claudia López y en Medellin los últimos con Fajardo contra el gobierno de Daniel Quintero-, esperamos que la autoridad electoral del Consejo Nacional Electoral permita que se hagan los procesos de revocatoria para no atropellar los derechos ciudadanos y que se decida la gobernabilidad regional; pero también que aquellos que dicen defender la democracia liberal tengan coherencia y defiendan el legado de 1789 contra el legado de 1945 o del 2020: el nuevo despotismo ilustrado (y empático).
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