Por: William Rojas, Directivo gremial periodista y director general de la Reacción Prensa
Cuando hablamos de política electoral, poco se habla de sus financiadores, quienes al final, deciden el destino de los próximos presidentes de Colombia. La nefasta democracia liberal como doctrina sagrada de occidente casi que incuestionable, le ha mentido a la sociedad moderna con respecto a la función del voto, no es la conciencia crítica que predomina sino la muchedumbre apasionada que elige según la narrativa hegemónica instalada.
La familia Gilinski, banqueros judios muy poderosos de Colombia, tienen negocios en amplios sectores economicos del pais, son dueños de Yupi, Rimax, Lulo Bank, Bom Bril, Revista Semana, Banco GNB Sudameris, Hotel Santa Teresa, los Hoteles Four Seasons y hasta hace poco, se hicieron con el control del Grupo Nutresa (Zenú, Pietrán, Festival, Crem Helado, Colcafé, Doria,etc…) para luego vender su participación accionaria..
La llegada de Gustavo Petro a la presidencia de la república no fue gratuita, más allá de la parafernalia discursiva de “luchar contra los poderosos”, con quienes al final se terminó aliando, como con los Samper, los Gaviria, los Santos, Barreras, Benedetti, etc… también tuvo que tener un fuerte apoyo económico, y eso se demuestra con la investigación de violacion de topes de su campaña presidencial que está en curso en este momento por el Consejo Nacional Electoral.
La relación entre los Gilinski y Gustavo Petro se remonta desde el año 2001, cuando en el Congreso de la República aterrizó la pelea entre el Sindicato Antioqueño y los Gilinsky por Bancolombia. Un joven representante a la cámara por ese entonces decidió cazar la pelea, ese fue Petro, quien abogó por los Ginlinski, quienes representaban un sector de los accionistas de esta gran transacción.
Fruto de esta relación, se evidencia el apoyo abierto de los Gilinski en cada una de las campañas de Gustavo Petro, como es el caso del 2010 cuando fue candidato por el Polo, a quien el banco GNB Sudameris, propiedad de los Gilinski, le prestó cerca de tres mil millones de pesos, es decir una tercera parte de dicha campaña. Este mismo hecho se repite en el 2018 cuando se financió más de la mitad de los gastos de Petro con más de cinco mil millones en crédito de dicho banco. Y en el año 2022 igualmente se repite este tipo de préstamos jugosos todo en beneficio del hoy presidente Gustavo Petro.
Por otro lado los Gilinski adquirieron en un ciento por ciento de la Revista Semana en el año 2020 cuando obtuvieron todo el control y realizaron cambios esenciales, como por ejemplo la llegada de Vicky Davila en la dirección general de la revista. A la fecha presente dicho cambio le significó un repunte a la Revista Semana que pasó de ser un medio tradicional de impresión a un medio completamente digital y con un nivel de audiencia diversificada en parte, por supuesto, a los destapes periodísticos de Davila en dicho espacio.
Ahora Vicky Davila ha decidido renunciar en el 2024 como directorio de la Revista Semana para ser candidata presidencial, asunto que tomó por sorpresa a muchos, toda vez que desde un principio Davila siempre se ufanó en decir a la audiencia que no pertenece a ningún partido político y que su labor como periodista era sin intención política, cuando al final con su renuncia, demostró serias aspiraciones presidenciales para el año 2026.
Pero vamos a lo puntual ¿Por qué una destacada periodista como Vicky Dávila, sin ninguna experiencia en la administración pública ni tampoco aspiración política, toma una decisión tan trascendental, como es dirigir una nación tan compleja como es Colombia de la noche a la mañana? Esto solo es posible si cuenta con una gran respaldo económico que le permita maniobrar en un juego de ajedrez político tan oscuro y denso, como es la chequera de la familia Gilinsky.
Ahora bien se pregunta usted ¿Cuál es el nexo causal o relación entre una aspiración presidencial de Vicky Davila desde un espectro de la derecha y la presidencia Gustavo Petro desde la orilla de una izquierda extrema? Que en ambos espectros de la balanza, quizás irreconciliables, se encuentran los poderosos banqueros judios Gilinski, controlando que todo se ajuste muy bien para sus intereses.
¡Estimado pueblo colombiano es hora de despertar!
You’ve reached your free article limit
support FP by becoming a subscriber and get unlimited access to every story.
ALREADY SUBSCRIBER? LOG IN