Por: Silverio José Herrera Caraballo Abogado, Oficial (R) Ejercito Nacional, comunicador, asesor, consultor , investigador y analista en seguridad, convivencia ciudadana y orden público
Iniciamos este nuevo año 2025 con una reflexión profunda sobre el papel de los veteranos y reservas de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional de Colombia. Somos hombres y mujeres que un día empuñamos las armas de la República para defender la seguridad, la democracia y los valores que cimentan nuestra nación. Aún en la reserva, nuestra misión no ha terminado; sigue vigente el compromiso con la patria que juramos servir y proteger.
El camino recorrido no ha sido fácil. Hemos perdido compañeros, subalternos y superiores que entregaron su vida por Colombia. Caminamos llanuras, valles y montañas, enfrentamos el rigor del conflicto, pero siempre con la esperanza de construir una paz estable y duradera. Hoy, esa paz parece desdibujarse, y nuestro deber como reservas activas es mantener viva la memoria de los héroes caídos, honrar sus sacrificios y trabajar unidos para que su legado no sea en vano.
El año pasado fuimos testigos de diversas convocatorias a marchas que, si bien mostraron el deseo de hacer visible nuestra posición, también dejaron en evidencia la falta de cohesión entre nosotros. Es hora de dejar de lado los egos, los protagonismos individuales y los intereses personales. La fragmentación solo debilita nuestra causa. Necesitamos unidad, un propósito común que trascienda las diferencias y consolide a los veteranos y reservas como una fuerza seria, organizada y coherente, pero sobre todo marcando la diferencia con los partidos políticos tradicionales, no olvidando el estribillo de nuestra oración a la Milicia: “… la milicia no es más que una, religión de hombres honrados…”
El futuro de Colombia demanda nuestro liderazgo. Las elecciones de 2026 serán un punto de inflexión para la seguridad y la democracia de nuestro país. Debemos convertirnos en un referente de compromiso, responsabilidad y amor patrio, demostrando que los hombres y mujeres de la reserva aún somos los verdaderos dolientes de nuestra nación. Es el momento de aportar nuestra experiencia y conocimiento para garantizar que las decisiones políticas y sociales del futuro estén fundamentadas en el bienestar colectivo.
A nuestros soldados, marinos, infantes de marina y policías activos, les extendemos un mensaje de gratitud y esperanza. Su labor es invaluable, y su sacrificio por la patria es profundamente reconocido. Cada jornada de servicio, cada misión cumplida, es una semilla de esperanza para un país que los necesita firmes y comprometidos.
Hoy más que nunca, hacemos un llamado a la unión. Que este 2025 sea el año en que los veteranos y reservas consolidemos nuestra posición como un bastión de la seguridad, la democracia y la memoria histórica. Que trabajemos juntos, hombro a hombro, con la misma lealtad y disciplina que nos caracterizó en servicio activo. Honremos a los héroes caídos con nuestras acciones, y que nuestra voz sea un eco de esperanza para las generaciones venideras.
Bienvenido, 2025. Por Colombia, por nuestros compañeros caídos y por el futuro que construiremos juntos.
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