La crisis por la que atravesía Sri Lanka, país asiático con más de 20 millones de personas tiene nombre propio, “Agricultura ecológica”.

Este modelo fue impulsado por el gobierno de turno depuesto en el año 2021, prohibiendo la importación y el uso de fertilizantes sintéticos, y de pesticidas no naturales.

Esta practica obligo a los más de dos millones de agricultores del país a cambiar su forma de producción; en sí, forzó para que este camino se diera en el país, tal como lo quiere promocionar el gobierno entrante.

Este proceso fue impulsado por un grupo de ecologistas denominado “Viyathmaga” quienes se autoproclamaban como “tecnócratas con principios espirituales”, tal como lo señala Daniel Fernández para su columna en el diario La República de Ecuador.

Pero al no tener los resultados esperados, la producción de algunos granos como el arroz, esencial para los países asiáticas, cayo aproximadamente un 20% obligando a la nación a impórtalo.

El mismo destino sucedió con el Té, una de las bases de su economía, provocando el descalabro económico del país.

Colombia ve con gran preocupación el modelo agrícola, económico y científico que se aproxima con el próximo gobierno.