El presidente Iván Duque ha comenzado un intercambio diplomático en materia de cooperación y desarrollo que prospecta el trabajo de los ministerios y la agenda intersectorial de país y sus prioridades en diferentes ejes. Por un lado, Colombia se proyecta como un líder regional en Centroamérica que intenta acercar esfuerzos para la sincronización ideológica en torno a las prioridades de región y en especial a encontrar solidaridad y apoyo en tiempos de incertidumbre, además de respuesta a iniciativas empresariales, comerciales y de modernización de la infraestructura de integración. La nueva política de expansión diplomática encuentra también el apoyo de naciones como Chile, Brasil, Ecuador y Perú.
No solamente por un pragmatismo diplomático y ágil sino por un interés genuino en promover la cultura latinoamericana a través de instituciones como la Comunidad Andina de Naciones, El Amazonas, las fronteras marítimas y en especial una promoción turística del país como destino de inversión y de integración con Latinoamérica, como una región a la vanguardia de los principales retos que como sociedad aún hacen parte de la agenda (Superar la ola de salubridad pública, promover la reactivación de las economías, superar la pobreza y extrema pobreza, y fomentar una cultura regional al igual que su participación con otras culturas en el continente como la sociedad canadiense y estadounidense).
Más que nunca, es un momento para incentivar la adecuada industrialización de las regiones marítimas y aeroportuarias del país y la agenda logística para la internacionalización, que no sólo se basa en fortalecer las capacidades y la infraestructura de la nación, sino que además debería poder priorizar la redistribución del ingreso empresarial y el fomento de una nueva diplomacia. Además, es momento para construir y reconstruir las agendas sociales que promueven el desarrollo programado, sostenible y equitativo, beneficiando la priorización de programas en lugares afectados por la pandemia y las coyunturas sociales manteniendo sinergia con las iniciativas del sector privado, los gobiernos locales y nacionales, en especial con la participación cada vez más estructurada de las agencias de promoción al multilateralismo.
Al contar además con la participación en múltiples frentes del gobierno nacional y el estado colombiano con su sinergia con otros territorios como la Unión Europea, Asia (Corea del Sur, China y Japón), incluso áfrica y ojalá pronto medio oriente, quién esta de moda no sólo por la realización de la copa del mundo el próximo año, sino por lo fascinante que representan sus modelos de crecimiento y desarrollo programado. Esto se constituye no sólo como una muestra del proceso de internacionalización que vive la nación, su política y su diplomacia, sino como una forma de promover la integración organizada y balanceada de diferentes sectores como la educación, el brazo social para la responsabilidad social, el naciente sector empresarial y ojalá la programación de una industria nacional y regional que sepa entender los desafíos comunitarios y retos comunes hacia una nueva cultura para la integración y convivencia.
Finalmente, ojalá que puedan ser priorizados esfuerzos para los retos como el narcotráfico, la delincuencia común, la deforestación, la lucha contra el cambio climático y la lucha contra los grupos guerrilleros, además de las consecuencias ya mencionadas en la política de consolidación a la pobreza extrema, la pobreza en todas sus formas y la falta de presencia institucional en varias de las regiones de nuestro país. No se trata solamente de crecer y aprender con otras regiones en el mundo, es importante promover la participación de las diferentes regiones de la nación y desarrollar cada vez más participación hacia los objetivos que antes eran considerados poco alcanzables para la unión conjunta.