La seguridad en Sincelejo: un desafío ineludible para el venidero 2025

Por: Silverio Herrerera. Abogado, Oficial (R) Ejercito Nacional, comunicador, asesor, consultor, investigador y analista en seguridad, convivencia ciudadana y orden público

Hoy como último día de este año 2024, quisiera no tratar temas negativos, doy gracias a Dios por mi familia, mis amigos, por mi ciudad y departamento, por el país entero, pero en especial por todos nuestros lectores y seguidores de El Nodo.  Es por ello que se hace necesario realizar las respectivas recomendaciones en aras de que el año que llega sea mejor en materia de seguridad, ya que este es el punto más crítico en la realidad nacional. El panorama de seguridad en el departamento de Sucre y en particular en su capital Sincelejo, no se hace ajeno a la situación nacional, es por ello que demanda un análisis crítico y profundo que supere la percepción optimista de la actual administración municipal, que, aunque se ha esforzado, aún tiene mucho por hacer. En este momento, la realidad de las calles, los barrios y los sectores más vulnerables contrasta con los discursos oficiales, no desconocemos que se han realizado esfuerzos visibles, no hay que negarlo, como operativos de control y patrullajes preventivos, la fuerza pública (Ejército, Armada y Policía Nacional) más, aun así, no hay que ser triunfalistas, persisten aun problemáticas estructurales que afectan el bienestar de los sincelejanos de a pie.

El incremento de delitos como el hurto, el microtráfico y los atracos en pleno centro de la ciudad evidencian la falta de mayores esfuerzos y de la implementación de estrategias mayormente sostenibles para combatir la delincuencia. A esto se suma la insuficiencia en la dotación de recursos para la fuerza pública, lo que limita su capacidad operativa, especialmente en zonas periféricas. Los ciudadanos continúan reclamando mayor presencia policial (he recomendado en un sinnúmero de veces que se hace necesario el Policía de a pie, el patrullaje tradicional, se han olvidado de ser el Policía amigo, el de la cuadra, aquel que cuando no pasaba, lo extrañábamos), no solo como medida de disuasión, sino como un paso hacia la recuperación de la confianza del ciudadano hacia las instituciones.

Otro problema evidente es la falta de iluminación en las principales vías y parques, lo que convierte a estos espacios en zonas propicias para la criminalidad. Adicionalmente, la ausencia de cámaras de vigilancia funcionales en puntos críticos debilita la respuesta ante los actos delictivos, dejando a las víctimas con pocas esperanzas de justicia. O por lo menos si las cámaras que ya existen generen mayor capacidad de respuesta, que se note que existen; se han dado atracos en plena calle en zonas residenciales de la ciudad que en ninguna han quedado registradas, y si hay grabaciones en video son de cámaras residenciales yo de uso particular. En algo se está fallando entonces.

La temporada festiva que se avecina, con la celebración de las festividades del 20 de enero como epicentro, presenta un reto aún mayor para las autoridades locales. Las festividades no solo atraerán a miles de visitantes, sino que también exigirán un despliegue logístico y estratégico que garantice el orden público y la tranquilidad de propios y foráneos. Aquí no hay margen de error: la administración municipal y la fuerza pública deben redoblar esfuerzos para proteger la vida y el patrimonio de los ciudadanos, previendo desde ya escenarios adversos y tomando medidas preventivas contundentes.

Es momento de que Sincelejo deje de ser vista como una ciudad que reacciona tarde a las crisis de seguridad. Urge implementar políticas de prevención que incluyan campañas educativas, programas sociales que combatan la raíz del delito y un fortalecimiento integral de la fuerza pública. No se trata de simples discursos, sino de acciones visibles y sostenibles que devuelvan la tranquilidad a los sincelejanos. La solución no es traer más policías y/o soldados es darle un mejor uso al recurso humano con el que contamos, apoyados con la tecnología y equipos que se han adquirido. No pongo en dudad las capacidades de la fuerza pública, por el contrario, he sido, soy y seré siempre un defensor de las mismas, pero, lo cierto es que deben mejorar las estrategias en esta materia.

   

En este cierre de año, hacemos un llamado a todos los actores sociales, desde la administración tanto Departamental como municipal, Asamblea, concejo, ediles, líderes de barrio, hasta los ciudadanos, a unir esfuerzos para construir una Sincelejo más segura y próspera. Que las fiestas venideras sean motivo de alegría, no de preocupación. Y que este periodo sea una oportunidad para reflexionar sobre nuestro papel en la construcción de una convivencia pacífica. El departamento cierra a la fecha en que entrego esta columna con 157 homicidios, 57 de ellos en la ciudad capital todos bajo la modalidad de sicariato

Algo importante que recalcar es que todos como ciudadanos, también debemos asumir nuestra cuota de responsabilidad en la construcción de una Sincelejo más segura. No podemos delegar por completo la tarea de garantizar nuestra tranquilidad a la fuerza pública; la seguridad empieza desde casa, desde nuestras calles y desde la forma en que nos relacionamos como comunidad, de cómo nos portemos como seres humanos, hijos, hermanos, esposos, padres, abuelos, de nuestro comportamiento desde la familia para hacer cada día una mejor ciudad.

Es crucial que tomemos medidas preventivas: fortalecer la vigilancia comunitaria, denunciar cualquier acto sospechoso, cuidar de nuestros espacios comunes y fomentar la solidaridad entre vecinos. Estas acciones, aunque parezcan pequeñas, crean un entorno menos propicio para el delito y envían un mensaje claro: en Sincelejo estamos unidos por la paz. Desde este espacio, les deseo a todos que tengan una celebración de fin de año tranquila y llena de paz. Que el 2024 termine con esperanza y que el 2025 nos encuentre unidos, trabajando por un Sincelejo mejor. ¡Feliz Año Nuevo!

COLETILLA: La seguridad es tarea de todos. Recordemos que la seguridad no es solo la ausencia de violencia, sino también la presencia de confianza, empatía y trabajo conjunto. Solo así podremos disfrutar de unas fiestas de fin de año en armonía y empezar el 2025 con el firme propósito de ser parte activa de la solución. Que la unión y la responsabilidad compartida sean nuestro escudo más fuerte.

Abstract
Es crucial que tomemos medidas preventivas: fortalecer la vigilancia comunitaria, denunciar cualquier acto sospechoso, cuidar de nuestros espacios comunes y fomentar la solidaridad entre vecinos.