Por: Silverio Herrerera. Abogado, Oficial (R) Ejercito Nacional, comunicador, asesor, consultor, investigador y analista en seguridad, convivencia ciudadana y orden público
La incursión de figuras de veteranos y miembros de la reserva militar y policial en la política nacional es un fenómeno que merece análisis profundo y, sobre todo, objetivo. Aunque no es algo completamente nuevo, su presencia en los escenarios políticos ha cobrado mayor relevancia en los últimos años, impulsada en gran parte por el descontento social y el sentimiento de abandono que muchos de ellos perciben tras dedicar sus vidas a la defensa del país y sus instituciones.
En un contexto donde el llamado "Acuerdo de Paz" permitió la llegada al Congreso de figuras del narcoterrorismo, sin pasar por las urnas ni el juicio de la ciudadanía, resulta incoherente cuestionar la entrada de quienes han entregado su tiempo, esfuerzo y, en muchos casos, su bienestar físico y emocional por proteger la democracia y la seguridad de Colombia. Si quienes vulneraron la institucionalidad tuvieron un espacio político, con mayor razón lo merecen aquellos que la defendieron.
¿Qué pueden aportar los veteranos y reservistas a la política?
- Visión de seguridad y orden público:
Desde su formación y experiencia, los veteranos y reservistas comprenden mejor que nadie las dinámicas del conflicto armado, el crimen organizado y las amenazas a la seguridad nacional. Su participación en la política puede aportar una perspectiva realista y técnica para la formulación de políticas públicas que garanticen la paz y el orden, más allá de los discursos ideológicos o las promesas vacías. - Liderazgo y disciplina:
Formados bajo estrictos códigos de ética y disciplina, los miembros de la reserva y los veteranos suelen tener habilidades de liderazgo que son esenciales en el ámbito político. Su capacidad para trabajar en equipo, tomar decisiones en situaciones de presión y priorizar el bien colectivo sobre los intereses individuales los posiciona como figuras confiables para asumir responsabilidades públicas. - Defensa de la institucionalidad y la democracia
Quienes han estado en las filas de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional entienden profundamente el valor de la democracia y la importancia de mantener el respeto por las instituciones del Estado. Su presencia en la política puede ser un contrapeso a los intentos de desestabilización institucional y un recordatorio de la necesidad de preservar los valores fundamentales de la República. - Cercanía con las comunidades afectadas por la violencia
A lo largo de su servicio, muchos veteranos han trabajado directamente con comunidades en las zonas más afectadas por el conflicto armado. Esto les da una sensibilidad especial hacia las necesidades reales de estas poblaciones, permitiéndoles representar sus intereses de manera genuina en el ámbito político.
Un espacio justo y necesario. Es importante reconocer que la llegada de veteranos y reservistas a la política no es una amenaza, como algunos sectores podrían argumentar, sino una oportunidad para enriquecer el debate público con perspectivas nuevas y experiencias de vida que no se limitan al ámbito militar o policial. Si el sistema político colombiano permitió el ingreso de antiguos actores armados ilegales, ¿por qué no dar la misma posibilidad a quienes sacrificaron su bienestar personal para proteger al país?
El ingreso de estos hombres y mujeres a la arena política puede contribuir a reequilibrar una narrativa que, durante años, ha estado dominada por quienes han priorizado el diálogo con los violentos mientras relegan a quienes han defendido la legalidad. Además, su participación puede ayudar a reconstruir el puente entre la sociedad civil y las Fuerzas Armadas, un vínculo que ha sido debilitado por décadas de estigmatización y politización.
El desafío de la política para los reservistas. Sin embargo, incursionar en la política no está exento de retos. Los veteranos y reservistas deben comprender que el ejercicio político requiere habilidades diferentes a las del ámbito militar. La capacidad de dialogar, negociar y construir consensos será esencial para que su participación sea efectiva y no se perciba como una extensión de su vida castrense.
Asimismo, es crucial que quienes ingresen a la política lo hagan con un proyecto claro y libre de resentimientos, centrado en construir soluciones y no en buscar confrontaciones. Su compromiso con la democracia y el bienestar colectivo debe ser el eje de su acción política, no un instrumento para revanchas personales o partidistas.
El momento de construir juntos. La llegada de veteranos y reservistas a la política es una oportunidad para darle al país una representación que, hasta ahora, ha sido limitada o inexistente. Estas figuras no solo tienen el derecho, sino el deber, de participar en la construcción de un futuro donde la seguridad, la democracia y el respeto por las instituciones sean pilares fundamentales.
Colombia necesita líderes con visión, ética y compromiso, y los veteranos y reservistas tienen mucho que ofrecer desde su óptica y experiencia. Si en el pasado reciente vimos cómo el espacio político se abrió para quienes hicieron daño al país, no hay razón para negarle esa posibilidad a quienes sacrificaron tanto por defenderlo. El verdadero cambio no solo implica nuevas ideas, sino también incluir a quienes han sido actores clave en la construcción de nuestra nación.
Es hora de que la política nacional se convierta en un espacio verdaderamente representativo, donde los valores de la seguridad, la legalidad y el respeto por la institucionalidad se defiendan con la misma fuerza con la que estos hombres y mujeres lo han hecho en los momentos más difíciles de nuestra historia.
Este es un espacio de reflexión para que este grupo poblacional tome conciencia y de una vez por todas dejemos de ser los carga maletas de los partidos políticos tradicionales, pero aun así debemos hacerlo con responsabilidad, Dios disponga y cree en cada uno conciencia democrática de una vez por todas. Ya han salido a la plaza pública algunos aspirantes, esperemos que sea bajo la premisa de la unión y solidaridad, pero por sobre todo de la lealtad que nos enseñaron en filas