La operación “Lava jato” u “operación lavado a presión” como se conoce en español, hace parte de una de las operaciones más grandes llevadas a cabo por la Policía Federal Brasileña, para desmantelar un entramado de operación de lavado de activos que involucra al hoy presidente de Brasil, Lula da Silva y a la multinacional brasilera, Odebrecht.
Como tal, la operación dio inicio en marzo del 2014 y buscaba desenmascarar un esquema de lavado de dinero que llego a mover 10.000 millones de reales, aproximadamente 2.640 millones dólares y es considerada como la mayor investigación de corrupción en la historia de Brasil.
Entre los implicados se encuentra Lula da Silva, quién fue condenado a 12 años de prisión, los cuáles fueron anulados, a quién se le acusa de recibir 25 millones de dólares por parte de Odebrecht en medio de sobornos recibidos a través de la compra de un terreno para la construcción del instituto en São Paulo.
Las investigaciones llevadas a cabo por el juez Sergio Moro, permitieron establecer que el ahora presidente había recibido la suma de dinero antes mencionada, a partir de unos ingresos recibidos por este cuyo origen no había podido aclarar.
Para el 7 de abril de 2018, en medio de su anterior campaña política fue detenido por el pedido del Juez Moro acusado de corrupción por beneficiar a la constructora OAS.
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